M&Ms Store

En nuestra visita a Londres, hicimos una parada en otro mundo. El mundo infantil, primero fue Hamleys, la juguetería más famosa de la tierra anglosajona. En esta juguetería a parte de juguetes, los dependientes se dedican a hacer demostraciones de los mismos, eso le da un encanto que no encontrarás en ningún otro sitio.

Justo después de esto, fuimos a la M&Ms Store... creo que es en el sitio del que tenemos más fotos. Y es que todo lo que hay dentro de la tienda está hecho para animar los sentidos.

En cada rincón de la tiendas encuentras algo distinto, colorido, animado o inanimado que te ofrece la posibilidad de una foto curiosa cuanto menos. Es en esos momentos en los que demuestras cómo de cerca estas de tu niñez.

Y creedme: ESTOY MUY CERCA DE MI NIÑEZ.

Si hubiéramos ido con cámara de carrete, habríamos gastado uno sólo en está tienda. Puede que yo tenga debilidad por los colores, o por hacer el tonto... el caso es que éste lugar nos emocionó mucho tanto a Sonia cómo a mi.

¿Y con eso te quedas de tu viaje a Londres? En realidad sí. Ha llegado un momento en mi vida, en el que he asumido que lo importante es lo que te emociona. Da igual en qué sentido. Si te despierta algo en tu interior, es porque te ha llegado a alguna parte del corazón, y eso es esencial.

Obviamente es muy bonito pasear por la orilla del Tamesis, y encontrarte con el BigBen, o el Tower Bridge. Es grandioso, y digno de retratar, pero son momentos diferentes. En esos sitios te haces una foto, miras, observas, capturas la belleza del monumento y te vas. En la tienda de M&Ms, o en Hamelys, o en una pastelería deliciosa, sonríes, haces el tonto, posas, y te diviertes. Y al final de lo que te acuerdas es de cuanto te has divertido.

No quiero que me interpretéis como: mira el tonto éste, va a Londres y solo se queda con la tienda esa. NO, no es eso, me quedo con el viaje entero. Disfruté con la ciudad, con todas las cosas que ví. Pero me gustó mucho la tienda de M&Ms, así soy de pequeño.